Todos los niños que han crecido en la Olmeda o que, como yo, han pasado allí algunos días de las vacaciones de verano de nuestra infancia, hemos probado las frías aguas de esta fuente. Caerse al pilón sólo al ir a por agua para llevarla a casa, o empujado por un amigo "graciosillo" el cual te dice: A que está muy fria??. También nos hemos "desollado" las rodillas y llenado los brazos de arañazos al intentar cojer las moras que crecen escondidas detrás de las paredes de la fuente...que luego nunca ... (ver texto completo)