EL PANTANO DE BOLARQUE
Sendas que dejan recuerdos
sobre sus piedras centradas,
curvas que te dan alientos
entre brisas encantadas.
Han pasado muchos días
de ser pantano famoso,
hablan de sus noches frías
con el recuerdo dichoso.
Años llenos de leyendas
entre frases olvidadas,
atrás quedaron las vendas
de las vegas inundadas.
Pantano lleno de sendas
entre las verdes encinas,
laderas con grandes riendas
que brillan en sus colinas.
Curvas que miden distancia
con sus peligros constantes,
playas que dan arrogancia
en muchos de sus instantes.
Bolarque como testigo
de un presente marinero,
sin hablarnos de castigo
en su rumbo aventurero.
Tierras de Guadalajara
que buscan nuevos destinos,
verdes laderas con jara
que saben buscar sus signos.
El agua corre deprisa
cuando pasan las motoras,
Bolarque tiene esa brisa
de paredes seductoras.
Naturaleza preciosa
sobre su ambiente anhelado,
la sierra vive orgullosa
al ver su entorno adorado.
G X Cantalapiedra.
Sendas que dejan recuerdos
sobre sus piedras centradas,
curvas que te dan alientos
entre brisas encantadas.
Han pasado muchos días
de ser pantano famoso,
hablan de sus noches frías
con el recuerdo dichoso.
Años llenos de leyendas
entre frases olvidadas,
atrás quedaron las vendas
de las vegas inundadas.
Pantano lleno de sendas
entre las verdes encinas,
laderas con grandes riendas
que brillan en sus colinas.
Curvas que miden distancia
con sus peligros constantes,
playas que dan arrogancia
en muchos de sus instantes.
Bolarque como testigo
de un presente marinero,
sin hablarnos de castigo
en su rumbo aventurero.
Tierras de Guadalajara
que buscan nuevos destinos,
verdes laderas con jara
que saben buscar sus signos.
El agua corre deprisa
cuando pasan las motoras,
Bolarque tiene esa brisa
de paredes seductoras.
Naturaleza preciosa
sobre su ambiente anhelado,
la sierra vive orgullosa
al ver su entorno adorado.
G X Cantalapiedra.