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Guillermo Marconi 1º

logró, a la edad de veinte años, convertir un experimento científico en un sistema práctico de comunicación radiotelegráfica, abriendo las puertas a inventos como la radiotelefonía y el radar, ¡a radiodifusión y la televisión. Y lo hizo trabajando en un precario laboratorio que había organizado en el ático de la casa de campo familiar

Marconi provenía de una familia acomodada y toda su educación la recibió de sus tutores y en instituciones de enseñanza privada. Adquirió sus primeras nociones de física y química con el profesor Vincenzo Rosa. Augusto Righi, de la Universidad de Bolonia, ¡e enseñó su laboratorio y le dio a conocer los fundamentos de ¡a propagación de las ondas electromagnéticas.

La telegrafía sin hilos En 1868, el científico británico James C. Maxwell había anunciado que, teóricamente, las ondas de radio debían existir. Veinte años después, esta predicción fue confirmada experimentalmente por el físico alemán Heinrich Hertz, quien demostró que tales ondas se comportan igual que la luz. En 1890, el médico y físico francés Edouard Branly inventó y construyó el primer detector de ondas radioeléctricas, el cohesor, un tubo lleno de limaduras metálicas. Todo estaba dispuesto para construir el primer sistema de telegrafía sin hilos. En 1894, el científico británico Oliver Lodge pronunció una conferencia que versó sobre los trabajos llevados a cabo por Hertz y sus sucesores.

En Rusia, el físico A. S. Popov inició una investigación sobre los procedimientos para la detección de las tormentas eléctricas próximas conectando un aparato descrito por Lodge a un registrador meteorológico. Marconi leyó la conferencia de Lodge, y pensó que las ondas electromagnéticas descubiertas ocho años antes por Hertz podrían usarse para señalizaciones. En su laboratorio, inició la construcción de un excitador y un cohesor o receptor, separados por unos diez metros entre sí. El cohesor consistía en un recipiente de virutas de metal poco apretadas entre sí, que ordinariamente conducían poca corriente. Al ser incididas las limaduras metálicas por ondas de radio, aumentaba la corriente. De esta manera, las ondas de radio podían convertirse en una corriente eléctrica que era posible detectar fácilmente.

Con el tiempo, Marconi mejoró sus instrumentos conectando a tierra tanto el transmisor como el receptor, y usando un hilo aislado de la tierra que servía de antena para facilitar tanto la emisión como la recepción.

En septiembre de 1895, Marconi envió, con un aparato que él mismo había diseñado, una señal eléctrica a través de una colina, a una distancia de tres kilómetros, probando que la transmisión era posible aunque hubiera obstáculos en la ruta directa de las ondas (era evidente que éstas se desplazaban en línea recta).

Diciembre de 1901: Marconi une Europa y América a través de la radio

En febrero de 1896, sin el apoyo financiero necesario en su país para continuar con sus experimentos, Marconi viajó a Londres, y entró en contacto con sir William Pearce, ingeniero jefe del Ministerio de Correos, quien había trabajado en el campo de la telegrafía, y que fue quien le proporcionó la ayuda económica que necesitaba. Ese mismo año, Marconi registró allí una patente provisional de su sistema radiotelegráfico. Se trataba de la primera descripción impresa de cómo las ondas de radio pueden utilizarse para la comunicación.

Marconi siguió adelante con sus experimentos. Sin embargo, no tardaron en surgir algunos problemas, entre ellos que la telegrafía sin hilos no era secreta: cualquiera que tuviese un receptor podía recoger las señales Morse, al contrario de lo que ocurría con la telegrafía convencional. En la búsqueda de una solución para este problema, Marconi descubrió la existencia de las ondas cortas. En la primavera de 1897, llevó su equipo al canal de Bristol. Instaló la estación receptora y el transmisor a unos cien kilómetros de distancia. Las primeras pruebas no dieron resultado pero, finalmente, la incorporación de una antena permitió la recepción de las señales. De Italia llegó una invitación para que llevara a cabo uno de sus experimentos. Marconi aceptó porque quería probar la eficacia de su sistema sobre navíos en marcha. Así, consiguió captar mensajes a una distancia de 11,5 millas de la costa.

De regreso a Inglaterra, fundó la Wireless Telegraph and Signal Co. Ltd que, poco después, en 1900, pasaría a llamarse Marconi’s Wireless Telegraph Co. Ltd. Esta empresa, cuya finalidad era la, instalación del sistema radiotelegráfico en buques y faros de la costa británica, mantuvo desde 1903, un servicio de noticias entre Europa y los Estados Unidos.

En 1898, Marconi montó una emisora permanente en la isla de Wight, desde donde se hacían transmisiones radiotelegráficas a Bournemouth, en la costa sur de Inglaterra. En 1899, envió señales desde Dover a una estación cercana a Boulogne (Francia), a una distancia de cincuenta kilómetros a través del canal de la Mancha.