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ALBARES: LA VUELTA AL MUNDO A PIE DE UNA MUJER 1º...

LA VUELTA AL MUNDO A PIE DE UNA MUJER 1º

Qué se necesita para dar la vuelta al mundo a pie? Valor y resistencia física, sin duda, pero también una actitud mental que te mantenga en marcha a pesar de las dificultades. Cuando la escocesa Fona Campbell recorrió a pie 31.521 kilómetros, atravesando cuatro continentes, terriblemente a causa de ampollas infectadas que hicieron en los pies. El dolor de una sola ampolla haría detenerse a mucha gente; sin embargo, Bell aprendió a caminando, sudor la barrera del dolor, y recorrió de kilómetros hasta convertirse en la primera mujer que daba la vuelta al mundo a pie. Lo peor no fueron las ampollas, declaró después, sino las noches en África, cuando su voluntad se debilitaba.

Para conseguir un lugar en el Libro Guiiiness de los Récords por haber dado la vuelta al mundo a pie, hay que atravesar como mínimo cuatro continentes y empezar y acabar en el mismo lugar, aunque la marcha no tiene que ser continua. Con una tenacidad rayana en la obsesión, Campbell realizó una excursión que duró once años en la que recorrió veinte países de Norteamérica, Australia, África y Europa.

La primera mujer

Dos estadounidenses habían conseguido dar la vuelta al mundo a pie antes que ella. David Kunst, que recorrió 23.250 km por cuatro continentes entre junio de 1970 y octubre de 1974, fue el primero al que se le verificó la marca. Steven New man, que fue aún más rápido, tardó sólo cuatro años en recorrer 24.959 km, atravesando cinco continentes entre abril de 1983 y abril de 1987. El primero en conseguirlo, aun que la marca no esté verificada, fue George Schilling, también estadounidense, que inició la marcha en 1897 y la terminó en 1904. Arthur Blessitt de Florida asegura haber recorrido la distancia más larga: 50.559 kilómetros por siete continentes, desde diciembre de 1969
La primera meta de Campbell fue recorrer Gran Bretaña. Cuando salió de John O'Groats, en Escocia, el 16 de agosto de 1983, tenía dieciséis años y no era plenamente consciente de la empresa que estaba emprendiendo. La distancia más larga que había recorrido hasta entonces eran 40 kilómetros, cuando era niña. Se entrenaba caminando por el Hyde Park de Londres con una mochila llena de listines telefónicos. El periódico Eveniiig Staizdard oyó hablar de su proyecto y se ofreció a pagarle el alojamiento hasta llegar a Lands End, en el extremo sur de Inglaterra, y a cubrir sus gastos de mantenimiento diarios. Campbell recorrió unos 40 kilómetros diarios, seis días por semana, y terminó el recorrido en 50 días. Su esfuerzo se vio recompensado pues consiguió reunir 25.000 libras para un escáner.

La etapa americana

Dos años más tarde Campbell deci­dió recorrer Estados Unidos desde Nueva York hasta Los Ángeles. El esfuerzo físico que supone caminar tantos kilómetros es la parte visible de una expedición así, pero la programación y la administración implican una gran cantidad de trabajo. Campbell tardaría unos seis meses en recorrer 5.600 kilómetros por el continente americano, y necesitaba un patrocinador que pagara sus gastos. A cambio, el patrocinador exigía la atención de los medios de comunicación a lo largo de la ruta.

Campbell también necesitaba un equipo de apoyo compuesto por dos personas: una para conducir un vehículo de apoyo en el que tendría que vivir a lo largo del recorrido, y otra para contactar con los medios de comunicación locales. Además del patrocinador y el equipo, tenía que conseguir una caravana, comida, ropa, material, dinero para gasolina y una institución benéfica a la que vincularse.

Se puso en contacto con la organización Live Aid y les informó de que quería reunir dinero para ellos recorriendo Estados Unidos a pie. El entusiasmo de Live Aid fue tan grande que Campbell anunció su intención de dar la vuelta al mundo. Encontró un equipo de apoyo de dos hombres y juntos volaron a Estados Unidos. Tenían 500 libras entre los tres, no tenían patrocinador, y Campbell sólo tenía dieciocho años.
En los Estados Unidos se pusieron a hacer llamadas y consiguieron el patrocinador que necesitaban. Campbell inició la aventura el 16 de agosto de 1985. Mientras avanzaba por las calles de Nueva York con su ropa de deporte nueva se preguntaba si conseguiría cumplir lo que había prometido, y si soportaría la presión de las entrevistas y las apariciones públicas que se esperaba que hiciera a lo largo del camino. Recorrer 40 kilómetros diarios era una cosa, pero hacer entrevistas y asistir a recep­ciones públicas tras haber pasado todo el día