El asesino confeso, de 41 años de edad y con domicilio habitual en Guadalajara capital, es un familiar directo del infortunado y algunas de las sospechas se cernían sobre él desde el primer momento, aunque ha habido que esperar hasta el miércoles para que se derrumbara psicológicamente y confesara. Ha sido en la madrugada del miércoles al jueves cuando a acompañado a los agentes hasta el paraje donde había abandonado el cuerpo, en el cercano término municipal de Gárgoles de Abajo. Según Europa Press, ese lugar se encuentra a unos dos kilómetros de ditancia de la central nuclear de Trillo.