Los distintos análisis para valorar este tipo de mejoras indicaron que, en efecto, modificar la conducta puede repercutir en la disminución de las molestias lumbares y, por tanto, aumentar la movilidad de los afectados. En uno de los tests empleados se detectó una mejora de un 5,4% entre los que sólo recibieron los consejos médicos, frente al 13,8% de los participantes que se trataron 'en grupo'.