Lo de 'excéntrico' se quedaba corto con Jacko. La fama pudo con él y decidió aislarse del mundo en su propio País de Nunca Jamás, el rancho Neverland. Allí tenía animales, atracciones de feria, miles de obras de arte kitsch... Pero no fue suficiente, y las acusaciones de presunta pederastia le llevaron a convertirse en una sombra de sí mismo.