Fáfila (¿?-739) se convirtió en rey de Asturias tras la muerte de su padre, Pelayo. Su reinado fue muy corto, tan solo dos años, entre el 737 y el 739. Su repentina muerte se produjo durante una cacería en la que murió, según parece, despedazado por un oso. A él se debe la construcción de la basílica de Santa Cruz en Cangas de Onís.