Cuenta la historia que el Papa Inocencio VIII y el rey francés Carlos VIII intentaron utilizarlo en sus planes de conquista, pero dichos planes se vieron frustrados por la repentina muerte del príncipe Yim. Según se rumoreó Yim murió envenenado por Alejandro VI Borgia, a quien se lo había pedido el mismísimo Bayaceto II, hermano de Yim.