Según relatan algunas crónicas, Alejandro Magno (356-323 a. de C.), murió en Babilonia a consecuencia de unas fiebres -seguramente malaria-, contagiado durante los dos días que duró una orgía celebrada en dicha ciudad en su honor.
Tan lejos murió de su patria, Macedonia, que para evitar que su cuerpo se descompusiera, hubo de ser conservado en miel
Tan lejos murió de su patria, Macedonia, que para evitar que su cuerpo se descompusiera, hubo de ser conservado en miel