En junio de 2003, la
Torre Eiffel pone en marcha un plan para colocar 2.000 flashes, pero con una nueva técnica. A la 1 de la mañana en
invierno o a las 2 de la mañana en
verano las luces se superponen creando una mezcla de luces por 10 minutos que simula oro apagado