La actriz Bárbara Stanwyck (Brooklyn, 1907-Santa Mónica, 1990) era considerada una de las pocas actrices que se metían en los papeles, no permitiendo nunca que la doblaran ni en las escenas más arriesgadas. Así, tras el rodaje de "La reina de Montana", los indios Pies Negros contratados como extras la hicieron miembro adoptivo de su tribu, otorgándole el título de Princesa de Las Muchas Victorias, por los numerosos riesgos que asumió durante el rodaje y las escenas peligrosas que ella misma ejecutó.