En 1913, el emigrante sueco, Gideon Sundback, inventó en E. E. U. U. la primera cremallera práctica, que consistía en un cierre mecánico con dos bandas flexibles, provistas de dientes metálicos, que gracias a su forma podían ensamblarse o desensamblarse según el sentido en que se moviera la abrazadera que sujetaba dichas bandas.