Jennifer Lopez y Marc Anthony
Sus caprichos son manías, a veces, difíciles de satisfacer. En los hoteles, Jennifer López lleva sus propias sábanas y pide que las habitaciones sean decoradas con telas y ropa blanca. Además, quiere máquinas de deporte para mantenerse en forma. En el minibar nada de bollería ni alcohol y sí litro y litros de agua mineral. Como el matrimonio viaja con los gemelos, el hotel debe habilitar una habitación llena de juguetes para ellos. JLo no escatima en gastos y frota su voluptuosa anatomía con la crema La Mer, que vale 1.200 dólares el tarrito.
Sus caprichos son manías, a veces, difíciles de satisfacer. En los hoteles, Jennifer López lleva sus propias sábanas y pide que las habitaciones sean decoradas con telas y ropa blanca. Además, quiere máquinas de deporte para mantenerse en forma. En el minibar nada de bollería ni alcohol y sí litro y litros de agua mineral. Como el matrimonio viaja con los gemelos, el hotel debe habilitar una habitación llena de juguetes para ellos. JLo no escatima en gastos y frota su voluptuosa anatomía con la crema La Mer, que vale 1.200 dólares el tarrito.