Entra en relación con la familia Miyar de Corao, que tiene una librería en Madrid, y se casa con Ramona Dominga Díaz. En 1854 se retira a la aldea de su esposa, Corao próxima a Covadonga, donde residió hasta su muerte. Entre 1859 y 1876 presta colaboración como dibujante para proyectos arqueológicos