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ALBARES: Pero ella no se quería salí y lloraba si tenía que...

Pero ella no se quería salí y lloraba si tenía que llorá y gritaba si tenía que gritá. Güeno, por ya er sacristán la echó fuera y cerró la puerta e la iglesia Y la viejecilla se fue pa su casa llorando y gritando.