Y cuando ya estaba bueno, salió el hijo del rey otra vez a paseo y pasó por la casa de las tres hermanas otra vez. Y salió como de costumbre la hermana mayor a regar la albahaca, y él la preguntó de nuevo:
Conque bueno, que le metieron el nabo en el culo y el hijo se puso bueno.
--Pa que sane el principe hay que meterle un nabo en el culo.
Y la dejaron entrar y consultó con los otros médicos y dijo:
--Yo vengo señor rey, a curar a su hijo.
Pero pocos días después se puso malo el hijo del rey y no había médico que lo pudiera curar. Y fue la hermana menor y se vistió de médico. Fue al palacio del rey de médico superior, mucho superior, y le dijo al rey:
Y como ella no supo responder se metió en la cama avergonzada.
Y a eso preguntó él:
Y ella le respondió como la primera vez:
Y ella no supo que responder como la primera vez. Y vino otro día el hijo del rey y salió la hermana menor a reger la albahaca, y la preguntó como antes:
Y ella no supo que responder y él se fue para su palacio. Y al día siguiente volvió y salió la hermana segunda a regar la albahaca, y el hijo del rey la preguntó como antes: