El teólogo inglés John Wiclef (Hipswell, 1320-Lutterworth, 1384) fue juzgado y condenado por hereje treinta años después de su muerte, en el Concilio de Constanza celebrado en mayo del año 1415. Pero no acaba ahí la cosa, en el año 1428 se cumplió la pena, y sus restos fueron exhumados, quemados y esparcidas sus cenizas.
