Iglesia de
Santa Cristina (Patrona de cerrajeros altotajenses) Cuenta la leyenda que el gentio adobense es tan deboto que descuidó la llave de la
puerta de la iglesia. Un diablillo que paseaba por allí, diose cuenta del descuido y dejó encerrado al
pueblo. De letanias y pregarias pasose de manera rauda al exabrupto.