Mi querido Villamayor, hoy mi alma acompaña a las nubes, sumiéndose en un luto profundo, nuevamente te vi y nuevamente mi despedida fue triste y nostalgica, hoy el
cielo se tiñe de gris forjando una
puerta a la añoranza... Pero mi corazón no llora pues esta vez el reencuentro está más próximo.
Un día y volveré a recorrer tus
calles, un día y volveré a reencontrarme con mi gente, un día y me sumergiré en tu vida...
Tan sólo un pequeño
pueblo basta para recordarte la belleza de la vida, la alegría
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