Yo le voté a Doña Esperanza las dos últimas veces. Y a lo hecho, pecho. No me arrepiento, pero si me alegro de como van las cosas, porque no podemos esperar más de lo que hay. Me lo aventuró un buen
amigo del
pueblo o que iba a pasar, y no se equivocó. Porque de donde no hay no se puede sacar.