Salva, Salva, Salva tenias que ser tú quién si no.
Cuanta, cuantos días y a cuantos nos ha quitado la gana y hemos comido gracias a lo que nos daban fiao tus padres.
Me pones tan contento que voy a sacar un poema de los que tenía con pringue en un buen bucaro y lo voy a hechar a la sartén.
Y de paso se lo dedico a todos los descendientes de nuestra abuela PILAR, hijos, nietos, biznietos, sobrinos, resobrinos en fín a toda la familia.
A la par de la lumbre,
Se pasó tu vida,
De arrugas llena,
Tu cara bonita, EN OTROS TIEMPOS FLORIDA.
El puchero, el delantal,
Las trevedes, el caldero,
Y en tu mesilla rota,
Sabañones por el brasero, QUE INVIERNO TAN AUSTERO.
Y aquellos días de frío,
Sin agua en los lebrillos,
El cantaro en la cadera,
En tu mano el botijo, LA SOGA GASTO TUS DEDOS.
Tus ojos se cerraron,
Cualquier día cualquier hogaño,
Te marchaste de la vida,
Sin haber hecho ningún daño.
QUE FRIA TU SEPULTURA HEMBRA MARAVILLOSA.
Sergiete.
Cuanta, cuantos días y a cuantos nos ha quitado la gana y hemos comido gracias a lo que nos daban fiao tus padres.
Me pones tan contento que voy a sacar un poema de los que tenía con pringue en un buen bucaro y lo voy a hechar a la sartén.
Y de paso se lo dedico a todos los descendientes de nuestra abuela PILAR, hijos, nietos, biznietos, sobrinos, resobrinos en fín a toda la familia.
A la par de la lumbre,
Se pasó tu vida,
De arrugas llena,
Tu cara bonita, EN OTROS TIEMPOS FLORIDA.
El puchero, el delantal,
Las trevedes, el caldero,
Y en tu mesilla rota,
Sabañones por el brasero, QUE INVIERNO TAN AUSTERO.
Y aquellos días de frío,
Sin agua en los lebrillos,
El cantaro en la cadera,
En tu mano el botijo, LA SOGA GASTO TUS DEDOS.
Tus ojos se cerraron,
Cualquier día cualquier hogaño,
Te marchaste de la vida,
Sin haber hecho ningún daño.
QUE FRIA TU SEPULTURA HEMBRA MARAVILLOSA.
Sergiete.