A RADA DE HARO
Nostalgia del tiempo, campiña de mis juveniles Abriles, murmullo del aire, canto de la ave y del grillo, olor a tomillo, romero y espliego, Rada mía; te llevo en la retina de mis ojos, fresca como la humedad de tus cañadas, despierta como el bello paisaje de tus oteros.
Asomado a mi ventana cuantas veces contemple, las vacadas pasar, con sus perros mastines llevando sus carlancas, hombres de rostro curtido por el frío, la nieve y la escarcha. Miradas limpias como el cielo de la sierra, que el horizonte despeja y la tierra hiela,
Tras la ventana de cristales empañados, yo con el dedo escribía la ilusión de mi corazón, que fabricaba los sueños de mis tiernos años, con la escasez y la falta de medios pues no sabia leer, pero en mi interior se dibuja el hombre que luego fue, Rada de Haro, lugar cariñoso donde la luz vi. Por primera vez.
El Erizo.
Nostalgia del tiempo, campiña de mis juveniles Abriles, murmullo del aire, canto de la ave y del grillo, olor a tomillo, romero y espliego, Rada mía; te llevo en la retina de mis ojos, fresca como la humedad de tus cañadas, despierta como el bello paisaje de tus oteros.
Asomado a mi ventana cuantas veces contemple, las vacadas pasar, con sus perros mastines llevando sus carlancas, hombres de rostro curtido por el frío, la nieve y la escarcha. Miradas limpias como el cielo de la sierra, que el horizonte despeja y la tierra hiela,
Tras la ventana de cristales empañados, yo con el dedo escribía la ilusión de mi corazón, que fabricaba los sueños de mis tiernos años, con la escasez y la falta de medios pues no sabia leer, pero en mi interior se dibuja el hombre que luego fue, Rada de Haro, lugar cariñoso donde la luz vi. Por primera vez.
El Erizo.