Porsupuesto, lo que ha sucedido esque resulta que las dos ancianas (que rompieron su relación como novias días atrás) coincidieron en la puerta de la tienda de ultramarinos de Goyo, y al parecer una de las dos empezó a echarle en cara la falta de amor y mimos que su pareja nunca le había proporcionado. La segunda mujer, ofendida, le arreó un garrotazo mortal que le produjo a la otra mujer lesiones irreparables en su cabeza tales como la caída irrefrenable de pelo. Todo esto ha sido lleevado a los juzgados y la agresora deberá abonarle una peluca al mes como indemnización. Los nombres de las dos ancianas quedarán en el anonimato por voluntad de ellas.