Bonito el poema Eduardo, aunque no tiene el mismo valor que si hubiese nacido de forma voluntaria como corresponde para felicitar a una amiga, conocida o paisana como tú lo prefieras. Lo has hecho obligado por el lugar en el que te dejaban mis palabras.
Yo desde luego si tuviese una amistad tan valiosa como la que tú describes en tu poema la cuidaría muchíííííísimo y no le estaría dando patadas en las espinillas de vez en cuando, que las tengo ya moradas.
Si no me hubieses hecho ese feo o desprecio
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Pregunto poco, y menos a una dama sus datos personales, desconozco por tanto tu cumpleaños,
Yo en las efemérides siempre fallo con toda mi gente, ¡Que quieres que le haga si el Diablo me hizo así de torpon!
De todas formas te digo que las
felicitaciones verbales, unas muy pocas son sinceras, unas muy muchas son mero protocolo vacuo, la
amistad se siente no se pregona.
Y en esto como0 en todo tu tienes la ultima palabra, ¿Por que borrar? Lo dicho dicho está.
