MOYA: Nada más entrar nos dirigimos a contemplar los restos...

Nada más entrar nos dirigimos a contemplar los restos de la iglesia de San Miguel (s. XIV). Solo quedan los muros principales, sirviendo en la actualidad como cementerio. Caminando hacia el extremo occidental llegamos a los escasos restos de la iglesia de San Pedro (s. XVII). Justo a su lado una construcción en bastante mejor estado de conservación, puesto que se encuentra parcialmente rehabilitada. Nos referimos al convento de la Concepción Franciscana (s. XVII), cuyo arquitecto, Pedro de Tolosa, levantó también el convento de Uclés. Edificio de dimensiones considerables en cuyo claustro podemos encontrar aljibes que solucionaban uno de los grandes problemas de la villa: el agua. En poco tiempo desembocamos en la plaza Mayor, desde la que observamos la también destrozada iglesia de la Santísima Trinidad (s. XIII), cuya espadaña todavía sigue en pie. Pronto llegamos a los dos edificios restaurados de la ciudad. La casa del Ayuntamiento, antiguo pósito, y la iglesia de Santa María la Mayor, templo más antiguo de la villa y único en el que todavía se celebra culto. De estilo gótico, en su interior se conserva el magnífico reloj de la ciudad, que aún puede dar la hora.