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LOS HINOJOSOS: MARC VIDAL 25/05/2007Salida de emergencia Votando...

MARC VIDAL
25/05/2007Salida de emergencia

Votando a De Juana

El novelista sueco Henning Mankell defiende que “en la vida personal y privada, es importante no tomarte a ti mismo demasiado en serio, sin llegar a ser cínico”. Debe ser eso lo que piensa Aznar. El único inconveniente es que él lo hace en el ámbito de lo público, desde el megáfono que supone haber sido Presidente del Gobierno e, incluso, llegando a ser un caradura integral.

El copresidente del PP sostiene que “cada voto que no venga a su partido será utilizado para consolidar a los terroristas en las instituciones”. La verdad es que los populares viven en una especie de partido rotonda que se pasa la vida girando al centro, todo y que no logran alcanzarlo nunca. Sirva como prueba el hecho que la dirección del partido conservador ha reafirmado y ha compartido las palabras antisistema de Aznar. Según el retorcido criterio de Aznar, el domingo, más de diez millones de españoles pronunciarán su intención de consolidar a ETA y a su entorno votando a cualquier formación del amplio surtido de partidos y coaliciones que se presentan en estas atípicas elecciones municipales. Y es que estas no son maneras de hacer oposición. El efecto electoral puede ser contrario al que esperan. En ocasiones parece que Aznar sea el jefe de campaña del Psoe.

Ahora que el votante español demanda un centro real y no de cartón piedra, el PP se endurece y el Psoe se retrotrae. Los populares no cumplen sus propias doctrinas y hablan de unidad nacional, de sentimiento comunitario y los socialistas enmudecen ante tanto estropicio. Sin embargo, con rajadas como las del expresidente, no se edifica nada, ni se avanza hacia una sociedad moderna y de progreso. El “conmigo o contra mí” es el recurso de los que no tienen argumentos y de los que utilizan el maniqueísmo como herramienta política. La exageración del tipo “ETA sois todos vosotros” supone un delirio de carácter clínico que lo único que logra es impedir que cicatricen heridas y dificulta futuros consensos en temas de urgencia política. Esta utilización penosa de la lucha contra Eta es algo inconcebible en los países de nuestro entorno porque el centro, la derecha moderada, los neocon y los ultraderechistas se diferencian claramente y nadie espera hacerse liposucciones ideológicas para esconder algún decálogo inapropiado en campaña. Nuestro centro murió y el territorio que ocupaba ahora lo tienen en usufructo los casi tres millones de abstencionistas que, comicio tras comicio, se quedan en casa esperando que alguien les ofrezca algo de sentido común. Si Aznar considera que sacrificar ese espacio central con derroches de barro semántico, es la mejor manera de recuperar el poder y nadie en su partido pone remedio, se avecinan tiempos de arcada y de nausea política.