El peligro PP
Zapatero considera que la estrategia del PP de incorporar al debate político -con todo tipo de insultos y de fábulas- la lucha contra el terrorismo se mantendrá hasta el fin de la legislatura, según él mismo ha manifestado a la Cuatro, en el transcurso de la entrevista concedida a Iñaki Gabilondo.
Parece, pues, muy improbable que el lunes se consiga un mínimo acuerdo de cooperación entre Zapatero y Rajoy. El presidente se ha mostrado muy duro frente a la brutal dureza que ha venido practicando la derecha, especialmente contra él desde las elecciones del 14-M.
O Rajoy se esfuerza por lograr el consenso perdido o se repetirá una audiencia más en Moncloa destinada al fracaso. No va a ser fácil que el éxito presida la reunión. Zapatero está convencido de que el PP no se ha movido ni se moverá de un guión prefijado, en el que el presidente incluye la teoría de la conspiración sobre la autoría del 11-M, que trata de implicar a los socialistas en la masacre de Atocha, monstruosidad que habrían alentado buscando ganar en las urnas.
“Sólo faltaría eso, sólo faltaría eso…”, ha comentado Zapatero respondiendo a Gabilondo, quien le ha preguntado acerca de si creía que el PP le reprocharía a él en el supuesto de que se produjera un atentado de los etarras, posibilidad no descartable, atendidas las circunstancias actuales. De hecho, el reproche ya existió a raíz del ataque a la te-4.
Zapatero ha procurado borrar una observación de Gabilondo, hecha “como ciudadano”. “Este Gobierno se encuentra desdibujado”, ha diagnosticado uno de los periodistas españoles de más prestigio. ¿Es exacta la reflexión de Iñaki? Importante cuestión. Porque si, como ha empezado a extenderse con cierta rapidez después del 27-M y, más aún, como consecuencia del comunicado de ETA, el Gobierno Zapatero navegara sin norte, el vuelco electoral podría producirse.
Quedan aún muchos meses, casi un año. Su entereza –la exhibida por Zapatero en el plató de la Cuatro- ha de contagiarla con urgencia a sus ministros y a no pocos altos cargos. Y, por supuesto, trasladarla a la sociedad. El peligro PP –acrediatado maestro en el arte de la trampa y la mentira- debe movilizar a la mayoría de los ciudadanos, sean o no partidarios de los socialistas. El balance de Zapatero es abrumadoramente favorable, aunque la manipulación mediática con sede en Génova y alrededores se empeñe en divulgar falsedades.
Zapatero considera que la estrategia del PP de incorporar al debate político -con todo tipo de insultos y de fábulas- la lucha contra el terrorismo se mantendrá hasta el fin de la legislatura, según él mismo ha manifestado a la Cuatro, en el transcurso de la entrevista concedida a Iñaki Gabilondo.
Parece, pues, muy improbable que el lunes se consiga un mínimo acuerdo de cooperación entre Zapatero y Rajoy. El presidente se ha mostrado muy duro frente a la brutal dureza que ha venido practicando la derecha, especialmente contra él desde las elecciones del 14-M.
O Rajoy se esfuerza por lograr el consenso perdido o se repetirá una audiencia más en Moncloa destinada al fracaso. No va a ser fácil que el éxito presida la reunión. Zapatero está convencido de que el PP no se ha movido ni se moverá de un guión prefijado, en el que el presidente incluye la teoría de la conspiración sobre la autoría del 11-M, que trata de implicar a los socialistas en la masacre de Atocha, monstruosidad que habrían alentado buscando ganar en las urnas.
“Sólo faltaría eso, sólo faltaría eso…”, ha comentado Zapatero respondiendo a Gabilondo, quien le ha preguntado acerca de si creía que el PP le reprocharía a él en el supuesto de que se produjera un atentado de los etarras, posibilidad no descartable, atendidas las circunstancias actuales. De hecho, el reproche ya existió a raíz del ataque a la te-4.
Zapatero ha procurado borrar una observación de Gabilondo, hecha “como ciudadano”. “Este Gobierno se encuentra desdibujado”, ha diagnosticado uno de los periodistas españoles de más prestigio. ¿Es exacta la reflexión de Iñaki? Importante cuestión. Porque si, como ha empezado a extenderse con cierta rapidez después del 27-M y, más aún, como consecuencia del comunicado de ETA, el Gobierno Zapatero navegara sin norte, el vuelco electoral podría producirse.
Quedan aún muchos meses, casi un año. Su entereza –la exhibida por Zapatero en el plató de la Cuatro- ha de contagiarla con urgencia a sus ministros y a no pocos altos cargos. Y, por supuesto, trasladarla a la sociedad. El peligro PP –acrediatado maestro en el arte de la trampa y la mentira- debe movilizar a la mayoría de los ciudadanos, sean o no partidarios de los socialistas. El balance de Zapatero es abrumadoramente favorable, aunque la manipulación mediática con sede en Génova y alrededores se empeñe en divulgar falsedades.