Al de la farmacia que tanto hablaba en las juntas se le ha terminado lo de hablar. Ahora le toca callar o le zumban.
Y es que una cosa es hablar donde hay gente educada que permite hablar hasta a los borregos y otra muy distinta cuando los que están son poco menos que unos pollinos dando coces.
Y es que una cosa es hablar donde hay gente educada que permite hablar hasta a los borregos y otra muy distinta cuando los que están son poco menos que unos pollinos dando coces.