Ay se me saltan las lágrimas con los recuerdos de nuestra dorada juventud futbolística cuando por correr no te cansabas tanto, y cuando Eulogio no nos parecía un crack. Por cierto el otro día nos ganó prácticamente él sólo al Latino, claro que todavía no hemos cogido la forma y es cuestión de tiempo empezar a rodar como una máquina imparable.
Ciao
Mario.
Ciao
Mario.