GARABALLA: La entrega de la aviación republicana...

La entrega de la aviación republicana

Tras la huida de Casado y la salida del coronel Camacho, jefe de la Aviación de la zona centro-sur, fue el coronel Manuel Cascón Briega quien permaneció en su puesto para hacer entrega de los aviones republicanos a los franquistas en Albacete, cumpliendo así una de las 10 normas para la rendición que habían impuesto los representantes de Franco a los enviados de Casado en las "negociaciones" del aeródromo de Gamonal, cercano a Burgos. Cascón tuvo la posibilidad de huir pero se quedó porque no podía abandonar a sus hombres y dejarlos en la estacada. También confió en las promesas del "Generalísmo" Franco de que no habría represalias para aquellos militares profesionales que, como él, no hubieran pertenecido a ningún partido político y se habían limitado a cumplir órdenes. Por ello ordenó que nadie se moviese de su puesto, ni destruyese material de ninguna clase.

Las primeras tropas de los vencedores en llegar a la base de Albacete fueron italianos que se comportaron con corrección, pero después apareció el comandante franquista de Aviación, Gerardo Fernández Pérez, que, después de humillar al coronel Cascón, reunió a todos los jefes y oficiales del Estado Mayor de la aviación republicana y les dijo:

¿Qué se han creído Vds.? ¿Que han perdido unas elecciones? ¡Nada de eso! ¡Han perdido una guerra con todas sus consecuencias! Y no piensen en la cárcel, pues luego vienen los indultos. ¡Piensen que serán condenados a muerte y fusilados!

Los jefes y oficiales fueron trasladados a Valencia donde fueron juzgados por procedimiento sumarísimo por el Consejo de Guerra Permanente de Aviación acusados del «delito de rebelión militar», aplicándoles la «monstruosa ficción jurídica de que en el mismo momento de la sublevación del 18 de julio de 1936 el poder legítimo había pasado a los sublevados». El consejo de guerra contra Cascón se celebró el 20 de julio de 1939 y durante la sesión cuando el fiscal se refirió a él como «coronel de la Aviación roja», Cascón le replicó: «De ninguna manera. Soy coronel de la Aviación republicana». Y cuando le acusó de rebelión protestó: «Yo no me rebelé nunca. Quienes os habéis rebelado habéis sido vosotros». Cascón, como otros compañeros suyos, fue condenado a muerte el mismo día 20 de julio y ejecutado en Paterna el 3 de agosto.