23/02/09;02:26:10
Desde un Alconchel a otro y tiro porque me toca agradecer, a Milagros del de la Estrella que le guste lo que escribe Piri y que ya de paso y aprovechando el viaje me lea a mi también, recia moza.
Ella, desde la ciudad de los condes reyes y yo, ahora, desde la almena más alta del castillo de Miraflores sito cuasi que en mitad de La Raya. Sitio hasta el que me acerqué en unos cuantos zancajazos y desde lo más intrincado del mismo Monte Salud. Por entre el encinar clareado, evitando siempre lo poblado e intentando en lo posible pasar de lo más disimulado pues, aunque aún estamos en carnavales, no está pero que nada claro si los aviesos furtivos todavía nos están buscando y van con los perrillos levantados.
Ya con fuero de Baylío y perdido el miedo, voy a pasar por Barrancos para recordar (a sua fala) y la hazaña de sus habitantes con el teniente Seixa a la cabeza y, luego, haré un alto en Moura y otro, en cualquiera de las siete iglesias del Monte Saraz, por si he de acogerme a sagrado.
Y pertrechado de comida, vino y agua clara de las del Guadi-Ana, trazaré rumbo nuevo, esta vez hacia el Levante, y, ya de un tirón, espero llegar al salir el sol a ese otro Al-Conchel, de la Estrella, cerca de donde nació esa guapa y amable conquense cuya gracia es Milagros. Allí, cortaré flores en el campo y con ellas haré un ramo que en su nombre dejaré, ante los píes de la Virgen de la Cuesta en agradecimiento por su detalle.
Ya que estoy por aquellos lares, recorreré el Cabriel y sus afluentes el Mira y el Narboneta y, aunque no es el tiempo, igual hago de pregonero y me canto unos mayos desde los peñascos de El Charandel, para amerizar más tarde en nuestro mar Mediterráneo.
Luego, planeando por la cresta de las olas rumbo Norte, me acercaré hasta esa barriada Barcelonina a la que llaman Verneda, y veré si contacto, con El Emigrao, Vizcaíno, Robespierre, Pepiño y el que, al ser más chulo que un ocho tumbado, una veces baila de canto y otras de lado, para hacer una buena sardinada con migas y rabanitos.
Se puede, los duendecillos pueden, aunque sean de imprenta.
Salud.
Desde un Alconchel a otro y tiro porque me toca agradecer, a Milagros del de la Estrella que le guste lo que escribe Piri y que ya de paso y aprovechando el viaje me lea a mi también, recia moza.
Ella, desde la ciudad de los condes reyes y yo, ahora, desde la almena más alta del castillo de Miraflores sito cuasi que en mitad de La Raya. Sitio hasta el que me acerqué en unos cuantos zancajazos y desde lo más intrincado del mismo Monte Salud. Por entre el encinar clareado, evitando siempre lo poblado e intentando en lo posible pasar de lo más disimulado pues, aunque aún estamos en carnavales, no está pero que nada claro si los aviesos furtivos todavía nos están buscando y van con los perrillos levantados.
Ya con fuero de Baylío y perdido el miedo, voy a pasar por Barrancos para recordar (a sua fala) y la hazaña de sus habitantes con el teniente Seixa a la cabeza y, luego, haré un alto en Moura y otro, en cualquiera de las siete iglesias del Monte Saraz, por si he de acogerme a sagrado.
Y pertrechado de comida, vino y agua clara de las del Guadi-Ana, trazaré rumbo nuevo, esta vez hacia el Levante, y, ya de un tirón, espero llegar al salir el sol a ese otro Al-Conchel, de la Estrella, cerca de donde nació esa guapa y amable conquense cuya gracia es Milagros. Allí, cortaré flores en el campo y con ellas haré un ramo que en su nombre dejaré, ante los píes de la Virgen de la Cuesta en agradecimiento por su detalle.
Ya que estoy por aquellos lares, recorreré el Cabriel y sus afluentes el Mira y el Narboneta y, aunque no es el tiempo, igual hago de pregonero y me canto unos mayos desde los peñascos de El Charandel, para amerizar más tarde en nuestro mar Mediterráneo.
Luego, planeando por la cresta de las olas rumbo Norte, me acercaré hasta esa barriada Barcelonina a la que llaman Verneda, y veré si contacto, con El Emigrao, Vizcaíno, Robespierre, Pepiño y el que, al ser más chulo que un ocho tumbado, una veces baila de canto y otras de lado, para hacer una buena sardinada con migas y rabanitos.
Se puede, los duendecillos pueden, aunque sean de imprenta.
Salud.
