Otoño en el Júcar, CUENCA

Foto de Lolo PR

OPINIÓN | Rafael Torres Muelas
La ciudad de Cuenca siempre se muestra tremendamente bella al visitante. Ofrece a los ojos del que la contempla una mimada ubicación, su peculiar topografía de su casco antiguo hace que este se asiente sobre un quebrado monte de piedras quedando dividido entre dos ríos que forman las hoces del Júcar y del Húecar.

Llegada la estación otoñal la ciudad colgada se envuelve de tapices hechos de colores rojos, ocres y amarillos entreverados con el verde ciñendo a la ciudad en una banda luminosa que rinde homenaje a sus paisajes confiriéndole esta tonalidad un innegable encanto.

Os propongo una ruta para comprobar como Cuenca grita en otoño: ¡Venid a verme ¡es un paseo por la ribera del río Júcar saliendo desde el puente de San Antón camino de la Playa Artificial.

Asomarse al río Júcar desde el Puente de San Antón es ahogarse en unas magníficas vistas de la Acrópolis conquense que domina cada rincón de la ciudad reflejándose en el espejo verde de las aguas.

Caminar por la orilla de enfrente, aguas arriba del Júcar, remontando el río y cruzando el Puente de los Descalzos bajo la ermita de las Angustias para llegar al original paraje del Recreo Peral, sin perder detalle de los rascacielos de Cuenca, dejaros acompañar de los Chopos ciclópeos, que amenazan alcanzar la azotea de la hoz.

Observar la Piedra del Caballo surgir de entre las verdes aguas simulando una isla de ensueño. Y alzar la vista para concebir la arrogante silueta de la ciudad vieja, discernible en los campanarios de sus torres: San Nicolás, San Pedro, Mangana, San Juan, San Miguel.

Después de este recomendable paseo a pie, reponer fuerzas en las saludables aguas de la fuente de Martín Alhaja, un simbólico manantial conquense que toma su nombre de uno de los personajes legendarios vinculados a la historia de la ciudad y continuar viaje hasta la Playa Artificial, sin dejar de pasar por el recoveco que confecciona el río a escasos doscientos metros.

Cuenca tiene infinidad de rutas que nos ofrecen inmortales paisajes para disfrutar del otoño, ven y verás lo que te estás perdiendo... Escucha el eco de su llamada que surge de entre sus hoces.

Júcar
Río Júcar

Nacimiento Cerro de San Felipe
(Tragacete, Cuenca)
Desembocadura Mar Mediterráneo
(Cullera, Valencia)
Coordenadas
39°10′22″N
0°17′41″O

País España

División
Castilla-La Mancha
Comunidad Valenciana
Subdivisión Cuenca, Albacete y Valencia

Cuerpo de agua
Longitud 497,5 km1​
Superficie de cuenca 21,578,50 km²
Caudal medio 29,22 m³/s
Altitud Nacimiento: 1700 m
Desembocadura: 0 m

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El Júcar (en valenciano, Xúquer) es un río de la península ibérica, que discurre por el este de España. Tiene una longitud de 498 km, atraviesa las provincias de Cuenca, Albacete y Valencia, y desemboca en el mar Mediterráneo. Era conocido como Sucro por los romanos. Nace a 1700 m sobre el nivel del mar, en la vertiente meridional del cerro de San Felipe (Montes Universales), en el paraje conocido como los Ojos de Valdeminguete y cerca también del nacimiento de los ríos Cuervo (cuenca del Tajo), Guadalaviar-Turia, Cabriel (cuenca del Júcar) y del propio Tajo, en la Cordillera Ibérica. Puede decirse que las principales sierras de la zona limítrofe entre Cuenca y Teruel, en especial, los Montes Universales, constituyen el principal divortium aquarum o la principal divisoria de aguas entre los ríos de la vertiente atlántica y los que drenan hacia el Mediterráneo incluyendo, obviamente, a la cuenca del río Ebro con el nacimiento del río Jiloca en el subsuelo de las parameras de Pozondón (al norte de los Montes Universales).
En su curso bajo, el río hizo desde el siglo XIII al XVIII de límite norte de la Gobernación de Játiva.
(24 de Octubre de 2020)