Puente de
San Pablo (
Cuenca)
El puente primigenio de San Pablo se construyó entre 1538 y 1589 por orden del canónigo Juan del
Pozo para comunicar el
Convento de San Pablo y el casco urbano de Cuenca, a su paso por el
río Huécar. Elefante de cinco patas, como le llamó Pío Baroja, este puente era de
piedra con cinco
arcos apoyados sobre cuatro pilares, de los que aún quedan algunos restos. Tantos años para construir dicho puente explica la cantidad de maestros que pasaron por la dirección de sus obras como Francisco de Luna, Andrés de Vandelvira, Juan Gutiérrez de la Hoceja, también a Juan de
Palacios, seguido de Hernando de Palacios y, finalmente, Juan de Meril. Sin embargo, el hundimiento progresivo de las
pilas fue provocando la rotura sucesiva de arcos. El puente de piedra se viene abajo en 1786, en la parte más próxima a la
catedral y, aunque en 1788 fue reparado por el arquitecto Mateo López, no se logró impedir el desmoronamiento del segundo
arco. Su último episodio, en 1895, llevó a tomar la decisión de su total demolición.