Toda la forja de la
Catedral es abundante y muy artística.
En el momento de comenzarse a construir la catedral, el estilo imperante en los reinos cristianos era todavía el
románico, por lo que no nos debe extrañar que fueran los extranjeros de la corte del rey Alfonso VIII quienes introdujeran los aires góticos en la catedral, ya que este era el nuevo orden imperante en la Europa allende los Pirineos.