Fuente de los dos y tres caños cuantas veces has refrescado mi cuerpo y cuantas veces has calmado mi sed tu en otros tiempos nos diste tu agua a todo un pueblo para beber saciar a nuestros animales y para lavar nuestras ropas porque bien en el lavadero o bien en casa con el agua de la fuente se lavaban las ropas y como eres tan bondadosa con la que sobraba nos dabas buenas cosechas en nuestros huertos.