VISO DEL MARQUES: Era muy pequeño, pero viendo por internet el plano...

Agosto en el Viso. Ocho años creo que tendría la primera vez que llegué al viso. Despues de un viaje, que a mí se me hizo eterno, Llegó la "viajera"al pueblo.. pues se trataba de eso, del pueblo. Viviamos en Bilbao, pero el pueblo siempre fue el Viso. Casas blancas, poco tráfico, y.. mucho, mucho calor.. fueron mis primeras impresiones. Despues llegaría el cariño de mis abuelos, y los juegos con mi primo... Recuerdo que era obligatorio echar la siesta.. yo lo odiaba. A veces tendido en la cama, escuchaba al vendedor ambulante de helados.. Helaos, helaoos.... yo abría mi ventana y gritaba.. Calientes... calientes..!.. a veces me escapaba de padecer la siesta, y corriendo, pegado a las paredes blancas de las casas, buscando cualquier resquicio de sombra, iba donde mi primo... yo era un niño, quería jugar, no perder el tiempo echando siestas!.... Recuerdo la casa de mis abuelos, con su higuera en el medio del patio, camino de la cocina. Por esa misma puerta del patio, al salir se podía ver el campo, la era. Al principio de esa calle, existía un molino tirado no sé si por un burro o un mulo.. la segunda vez que visite el Viso, ya con Catorce años.. ya no había animal alguno. Recuerdo los polos de naranja que me compraba en la calle principal.. los juegos, la flecha con ventosa que encajé en el tejado del vecino... el "refrescar"De la noche, los juegos a pelota en plena calle... el ver la tele, sentado fuera de la casa, me pareció algo magnífico. Tambien recuerdo que fui a un cine al aire libre.. ni Recuerdo la película, ni na de na... porqué allí todo el mundo estábamos hablando y comiendo pipas. Flases de mi infancia, clases de mi vida, al final, una parte de mí mismo, pertenece al Viso, Viso del marqués!.

Era muy pequeño, pero viendo por internet el plano del Viso, seguramente, la casa de mis abuelos paternos, estaría en el cruce de la calle Higuerillas con las encinas.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Uno siempre debe de esta estar orgulloso del lugar en el que ha nacido y al que pertenece. Esto no quita que uno pueda sentirse orgulloso a la vez del lugar de procedencia de sus progenitores y de varias generaciones de su familia. En mi caso, si yo soy de Bilbao, es que mis padres, ambos viseños, se vinieron para esta tierra, como tanta gente, buscando un futuro mejor. Ambos con poco más de veinte años recalaron en Vizcaya. Y aquí tuvieron varios hijos. Mi padre realmente vivió el doble de tiempo ... (ver texto completo)