S.Isidro
Bautizado de a pie
Críticas y calumnias de envidiosos descreídos, le cercan siempre, pero con fortaleza humilde las convierte en plegaria. En sus largas horas de oración, mientras abre surcos o siega espigas, otea el futuro y se ofrece por un mundo mejor. Un mundo que eleve al
cielo el canto del amor y libe ración revestido de firmeza y coraje. Un canto fraterno que se levante desde aldeas y ciudades,
fábricas y
minas, parlamentos y tribunales,
familias y
escuelas.