Marce en mi casa duraba la matanza como en la tuya, también eramos siete hermanos Diogener@s, ya en Madrid aumentó la familia a ocho, así que duraba la matanza menos que un bizcocho en la puerta de un colegio jajaja
Miguel, cuando te dabas cuenta en el empringao sólo quedaba costilla, los chorizos y el lomo ya habían volado.
Abrazos.
Abrazos.