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MINA DIOGENES: ¡Si yo te contara! ...

Hola amigos:
Os voy a contar lo que me pasó cuando comenzó nuestro foro, por entonces el internet que tenía era con un router que conectaba a la línea telefónica y al ordenador, cuando llegó el buen tiempo no me podía sacar el ordenador al patio, tenía que pasarme al salón ¡con lo bien que se está en el patio! “tuve una idea genial”, la distancia del salón al patio es grande, compré un cable larguísimo para llevármelo hasta el patio.
Una tarde me puse a la obra, como no me gustan las chapuzas para que quedase para siempre y bien hecho fui clavando el cable junto el zócalo, corrí muebles, cuando llegaba a las puertas lo metía por el embellecedor del marco, clavaban las puntas muy mal, pero que muy mal, con esas puntitas tan pequeñas di más martillazos en los dedos que en la pared, por los suelos estuve al menos 4 horas intentando clavarlas, ya que tenia la obra casi acabada y..... ¡clavo una punta a la primera con una facilidad asombrosa, comenzó a salir un pequeñín chorrito! Le digo a Anselmo, ¡”he encontrado petróleo”! si llegáis a ver al matemático..... no hacía nada más que vocearme diciéndome ¡la que has liado y....... de todo! Yo no hacía nada más que reír, cuanto más reía, más se enfadaba el matemático, le dije, “no te pongas así, le saco la punta y como sale muy poco agua le pongo una tirita plastificada y ya está” ¡”madre mía cuando saqué la punta”! salía un chorro con una fuerza y violencia directo a la puerta del recibidor, "no os podéis ni imaginar" él, cada vez gritaba más, yo no podía parar de reír, estaba empapado el recibidor y yo, pensé rápido viendo la situación y le puse un pegamento que siempre tengo y dice que es soldadura en frio, del agujerito todo lo que ponía salía disparado a mi persona, Anselmo gritaba que ese chorro iba a hacer polvo la puerta, le dije, pues la abro, al abrir la puerta el chorro atravesaba el recibidor, la entrada y salía directo a en medio de la calle, la gente que pasaba se asomaban a ver que era ese fuerte chorro, el matemático cada vez más irritado, a mí me dolía hasta el vientre de reír, como todas las cosas que hacía no daban solución tuve que cortar el agua y llamar a un fontanero.
Al día siguiente tuvo que venir un albañil y el fontanero para solucionar el desastre, los tres nos reímos muchísimo con lo que me pasó, Anselmo no se reía, “peor para él”.
Cuando se fue todo el mundo le dije a Anselmo, ¡ya tienes internet en el patio y la instalación ha sido gratis, el trabajo lo he puesto yo! Me miró regular y contestó: ¡gratis, la madre que te.....!
Un beso.

Feliz noche a todos.

Aunque ya conocía la aventura, he vuelto a reírme leyéndola y me ha traído a la memoria tus dotes de pintora cuando, siendo tú muy pequeña, decidiste coger un cubo con agua y una brocha, cerrar la puerta, y ponerte a pintar el pasillo al que hacía unos días mamá había dejado precioso con una cenefa azul. No abriste hasta ver culminada tu tarea.

Pepilla, ya veo que eras un "bichito" de pequeña.

¡Si yo te contara!
Un día, no sé que ocurrencia tuvo, que dice mi padre "Niña ¿que haces ahí?" (La niña estaba con la cabeza "sentada" en el asiento de la silla y las piernas hacia el techo).
- ¿Qué quieres que haga? - responde mi hermanita - sentar la cabeza. ¿No dices constantemente que tienes ganas de que siente la cabeza? Pues yo te obedezco.

Ya ves; si me pongo a contar...