2ª PARTE
Recordaréis, que los juegos, eran juegos de verdad, no te cansaban nunca y te divertían sin medida. Pasábamos, del fútbol, a la pita, del trompo a la choca, del burro a las bolas o a lanzarnos en bajada libre por esas famosas tolbas del estéril (muchos pantalones quedaron rotos en ese lugar). No olvidaremos, los famosos peloteos ¿os acordáis de las pelotas verdes que venían en los zapatos gorila?... menudos partidos de tenis nos pegábamos en la pared del cine, con raquetas de madera hechas por Rafa o Fernando Rodríguez.
De pronto, el juego en la pista del casino, se dejaba en suspense, para atender, a veces a regañadientes, la llamada de nuestras madres, que nos mandaban a hacer algunos recaillos… ¡venga niño! ¡rápido y con cuidao! a por un cuartillo de leche a Casa de Gregorio, a por el bacalao a la tienda de las famosas Químicas, luego pasas por las lentejas al Economato de Ángel y no te olvides la botella de vino en el casino de abajo (dónde podíamos encontrar a conserjes célebres como el Rubio, Vizuete, Del Hoyo, Mere, Torralbo, Doménech, o el famoso Pichucho). Algunos más mayores recordarán el primer casino del pueblo que por cierto y según información familiar, estuvo en el lugar destinado después a la Fonda y su primer conserje parece ser fue… Baldomero Becerra, el suegro de Pedro Luna. Nuestra madre sigue con el tema de las compras…. no vayas a venir sin la mortadela de la tienda de Benicio, los tomates de la Hortensia, las lechugas del Niño de la Gatera y el cola cao de casa de Peluso y más antiguo… la tienda del padre de la Urci y suegro de Rafael Cañas o la también histórica de D. Manuel Limón.. ¡ah! Se me olvidaba decir, y para acabar de comprar … que los mandiles, las bobinas de hilo, las cremalleras y las madejas de lana, se compraban en casa de Roge, el Tornero o Millán…los relojes y los zapatos donde Eutímio.
Los domingos por la mañana, y antes de misa…a por los churros calentitos a casa de Agapito o en casa de Castaño tiempo después.
Que decir de la época de las Escuelas del pueblo …Doña María y sus canciones de procesión, la Sta. Rosa y su quehacer en el mes de las flores, sin olvidar como los maestros en el mes de mayo, nos llevaban en fila y en silencio, a la clase de las chicas para cantarle a la Virgen. (y nosotros tan serios, pero contentos, por ver a las chavalas en clase). Recuerdo cuando vino una vez el Obispo…los maestros con traje y corbata, las niñas con sus trajes manchegos bien elegantes y nosotros …los chavales, con la ralla del pelo bien derecha y los flequillos repeinaos. Cuando he hablado de maestro, os han venido a la mente (a D. Simón, D. Julián……conocido como zapatones, Dª Carmen, D. Conrado, Mª Gracia, algunos más y como no, el nombre de D. Ascensión…listo, trabajador, pero más duro que una piedra). Cada uno de nosotros, recordará muchas anécdotas con él, pero a mi no se me olvida, el cogotazo que me pegó por escribir en la pizarra, habéis con v. De este maestro, también pueden dar fe de sus métodos, los Mellizos, Pablito Médina, los Ároca, Félix Ramos, Vicente Lara, el buen amigo de Juanini Cañas…y muchos más.
Al salir de las escuelas, chicos y chicas…todos corriendo a comprar los famosos regaliz, el trozo de palodul, el chicle Bazoca, los caramelos Sugus, los paquetillos de pipas o la bolsa de garbanzos tostaos, que en los puestos ordenados y bien vigilados, tenían en casa de La Luz abuela de Pepe Lillo, de la Nicolasa, el famoso Kiosko de Mohedano, el de la Trini de Rafalillo, donde Elías que también fue portero del cine, como también lo fue, Daniel de Regino, y el taquillero oficial era el Geómetra. Los técnicos de la máquina eran Rafael Cañas, Ramsey y Eduardo Aroca. Si seguimos de chucherías, no podemos dejar de mencionar a la Remedios, el puesto de la Valeria y ya de los últimos años, el de la amable Venera madre de Patro. No quiero terminar este apartado, sin mencionar el puesto de Rolendis y la Alvarita en el teleclub y los famosos helados de la Juana de Tierra y de Diego y Mariano Franco ya en los últimos años..-. ¡qué rícos y con que placer los comíamos!... a peseta el cucurucho.
(continuará)
Recordaréis, que los juegos, eran juegos de verdad, no te cansaban nunca y te divertían sin medida. Pasábamos, del fútbol, a la pita, del trompo a la choca, del burro a las bolas o a lanzarnos en bajada libre por esas famosas tolbas del estéril (muchos pantalones quedaron rotos en ese lugar). No olvidaremos, los famosos peloteos ¿os acordáis de las pelotas verdes que venían en los zapatos gorila?... menudos partidos de tenis nos pegábamos en la pared del cine, con raquetas de madera hechas por Rafa o Fernando Rodríguez.
De pronto, el juego en la pista del casino, se dejaba en suspense, para atender, a veces a regañadientes, la llamada de nuestras madres, que nos mandaban a hacer algunos recaillos… ¡venga niño! ¡rápido y con cuidao! a por un cuartillo de leche a Casa de Gregorio, a por el bacalao a la tienda de las famosas Químicas, luego pasas por las lentejas al Economato de Ángel y no te olvides la botella de vino en el casino de abajo (dónde podíamos encontrar a conserjes célebres como el Rubio, Vizuete, Del Hoyo, Mere, Torralbo, Doménech, o el famoso Pichucho). Algunos más mayores recordarán el primer casino del pueblo que por cierto y según información familiar, estuvo en el lugar destinado después a la Fonda y su primer conserje parece ser fue… Baldomero Becerra, el suegro de Pedro Luna. Nuestra madre sigue con el tema de las compras…. no vayas a venir sin la mortadela de la tienda de Benicio, los tomates de la Hortensia, las lechugas del Niño de la Gatera y el cola cao de casa de Peluso y más antiguo… la tienda del padre de la Urci y suegro de Rafael Cañas o la también histórica de D. Manuel Limón.. ¡ah! Se me olvidaba decir, y para acabar de comprar … que los mandiles, las bobinas de hilo, las cremalleras y las madejas de lana, se compraban en casa de Roge, el Tornero o Millán…los relojes y los zapatos donde Eutímio.
Los domingos por la mañana, y antes de misa…a por los churros calentitos a casa de Agapito o en casa de Castaño tiempo después.
Que decir de la época de las Escuelas del pueblo …Doña María y sus canciones de procesión, la Sta. Rosa y su quehacer en el mes de las flores, sin olvidar como los maestros en el mes de mayo, nos llevaban en fila y en silencio, a la clase de las chicas para cantarle a la Virgen. (y nosotros tan serios, pero contentos, por ver a las chavalas en clase). Recuerdo cuando vino una vez el Obispo…los maestros con traje y corbata, las niñas con sus trajes manchegos bien elegantes y nosotros …los chavales, con la ralla del pelo bien derecha y los flequillos repeinaos. Cuando he hablado de maestro, os han venido a la mente (a D. Simón, D. Julián……conocido como zapatones, Dª Carmen, D. Conrado, Mª Gracia, algunos más y como no, el nombre de D. Ascensión…listo, trabajador, pero más duro que una piedra). Cada uno de nosotros, recordará muchas anécdotas con él, pero a mi no se me olvida, el cogotazo que me pegó por escribir en la pizarra, habéis con v. De este maestro, también pueden dar fe de sus métodos, los Mellizos, Pablito Médina, los Ároca, Félix Ramos, Vicente Lara, el buen amigo de Juanini Cañas…y muchos más.
Al salir de las escuelas, chicos y chicas…todos corriendo a comprar los famosos regaliz, el trozo de palodul, el chicle Bazoca, los caramelos Sugus, los paquetillos de pipas o la bolsa de garbanzos tostaos, que en los puestos ordenados y bien vigilados, tenían en casa de La Luz abuela de Pepe Lillo, de la Nicolasa, el famoso Kiosko de Mohedano, el de la Trini de Rafalillo, donde Elías que también fue portero del cine, como también lo fue, Daniel de Regino, y el taquillero oficial era el Geómetra. Los técnicos de la máquina eran Rafael Cañas, Ramsey y Eduardo Aroca. Si seguimos de chucherías, no podemos dejar de mencionar a la Remedios, el puesto de la Valeria y ya de los últimos años, el de la amable Venera madre de Patro. No quiero terminar este apartado, sin mencionar el puesto de Rolendis y la Alvarita en el teleclub y los famosos helados de la Juana de Tierra y de Diego y Mariano Franco ya en los últimos años..-. ¡qué rícos y con que placer los comíamos!... a peseta el cucurucho.
(continuará)