No hija, no. Ni torpe, ni zarandajas. Feli, eres la mujer del bonito nombre que, además de ser una bellísima persona, hace unos rosquillos y unos bartulillos de lo más rico. Podríamos haber hecho alguna
foto cuando fuimos mendigando alguno de tus ricos manjares, pero se me olvidó. A mis hijos les encantaron. Dicen que tienen que repetir.
Buena ronda
amiga.