Rafi, hace un rato he estado en
casa de Gregorio y Bienve para llevar las bolitas dulces que se ponen encima del hornazo y me han dicho si sabía dónde estaba Antoñito, que había salido con Pepín Calero por la tarde y eran las 9 de la
noche y todavía no había venido. ¡Vaya dos pájaro carpinteros!