Amigo Pepe, transcurrida la jornada, rutinaria y con grandes dosis de normalidad -que no es poco-, me acerco al ordenador para leer un poco la prensa, ver el
correo y echar un ratito con vosotros.
Lo cierto es que contemplando lo que ocurren a tu alrededor, aprendes a valorar la importancia de ciertas cosas que damos como seguras.
Un abrazo