¡Chicos otra vez que me ha vuelto a engañar, Rafi!
Me llamó por teléfono el viernes y me dijo que me fuera con Perico a comer a su casa de Noruega, yo no quería ir por cómo me había tratado la vez anterior, el caso es que me dijo que esta vez iba a ser diferente y al final me convenció. El caso es que cogí el pasaporte y camino a Oslo.
Muy bien y mucho peloteo durante el aperitivo, qué guapo eres y cosas de esas, y yo ilusinándome, total que llegó la hora de irse a comer a su casa, se van sentando todos a la mesa y me dice, tú espera un ratito para que se vayan acoplando todos y luego te sientas, que si no, no van a poder pasar. El caso que ya se sientan todos, coge la señora y a voces empieza a empujarme y me va llevando a empujones hacia donde ella encierra a la perra, echó un poco, (debe estar ahorrando porque yo calculo que fue un puñado más o menos), de pienso en el plato de la perra y me dice, si a la perra le sobra algo, te lo puedes comer tú.
La pobre perra debe pasar más hambre que los pavos de Lucas, (que se comían los raíles del tren creyendo que eran lombrices). Empezó a comer y no le duró ni cinco minutos, como era tan poquito, se quedaría el pobre animal con hambre, me empezó a enseñar los dientes y hacía intención para morderme, pera terminar de saciar el hambre. Si no llega a ser porque Perico, Paquillo y Rafa me echan una mano para salir de allí, me devora la morita del hambre que pasa el pobre animal.
Así es que chicos, lleva razón el dicho ese de: "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Ya no vuelvo a ir otra vez, esta mujer me tiene tanta manía que al final me quedé sin comer otra vez.
Me llamó por teléfono el viernes y me dijo que me fuera con Perico a comer a su casa de Noruega, yo no quería ir por cómo me había tratado la vez anterior, el caso es que me dijo que esta vez iba a ser diferente y al final me convenció. El caso es que cogí el pasaporte y camino a Oslo.
Muy bien y mucho peloteo durante el aperitivo, qué guapo eres y cosas de esas, y yo ilusinándome, total que llegó la hora de irse a comer a su casa, se van sentando todos a la mesa y me dice, tú espera un ratito para que se vayan acoplando todos y luego te sientas, que si no, no van a poder pasar. El caso que ya se sientan todos, coge la señora y a voces empieza a empujarme y me va llevando a empujones hacia donde ella encierra a la perra, echó un poco, (debe estar ahorrando porque yo calculo que fue un puñado más o menos), de pienso en el plato de la perra y me dice, si a la perra le sobra algo, te lo puedes comer tú.
La pobre perra debe pasar más hambre que los pavos de Lucas, (que se comían los raíles del tren creyendo que eran lombrices). Empezó a comer y no le duró ni cinco minutos, como era tan poquito, se quedaría el pobre animal con hambre, me empezó a enseñar los dientes y hacía intención para morderme, pera terminar de saciar el hambre. Si no llega a ser porque Perico, Paquillo y Rafa me echan una mano para salir de allí, me devora la morita del hambre que pasa el pobre animal.
Así es que chicos, lleva razón el dicho ese de: "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Ya no vuelvo a ir otra vez, esta mujer me tiene tanta manía que al final me quedé sin comer otra vez.
Anda Antonio, que en el fondo te gusta. Además ya sabes que no hay dos si, tres y seguro que repites. A todo esto cuéntanos quién quedó dueño de la esquinita.
