LA FUENCALIENTE: Su dilatada vida ocupa la segunda mitad del s. III...

Su dilatada vida ocupa la segunda mitad del s. III y la primera del IV. Vivió en Egipto, y, cuando contaba dieciocho años, oyó en la iglesia las palabras evangélicas: "Vende lo que tienes y dáselo a los pobres". Antonio cumplió al pie de la letra estas palabras y se retiró a la soledad. Allí llevó vida de ermitaño. Una vida dura y difícil, una vida de oración.

Su gesto atrae a otras personas. Antonio ve peligrar su soledad, y se retira a un edificio abandonado, en mitad del desierto. En él, vivirá veinte años. Pero tampoco consigue estar solo. Ni siquiera le vale construir un muro alrededor del edificio. El lugar se pobló pronto de ermitaños. Todos acuden a Antonio para que les ilumine, les exhorte, los ayude en su vida espiritual. Sin proponérselo, Antonio está iniciando el monacato en Egipto. Es una nueva vida de seguimiento más fiel de los consejos evangélicos.