La
casa natal de Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio, uno de los principales comandantes del
ejército castellano durante la Guerra de
Granada o las campañas de
Italia (junto a Gonzalo Fernández de
Córdoba) que era natural de una
Ciudad Real donde vivió sus primeros años. Como exponente de su talante, ahí queda su lema: "Quebrar y no doblar". La edificación, de aires palaciegos y de las más añejas de todo el casco urbano, acoge en la actualidad un
museo de pintura con la obra del destacado local Manuel López-Villaseñor.