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ALMADENEJOS: Hubo una vez un Alguacil, el fenómeno, el informado,...

Hubo una vez un Alguacil, el fenómeno, el informado, el que nos informaba, el que imprimía la seriedad de los actos, el que aparentaba rigidez de comportamiento en los eventos, el que consentía burla con inteligencia, el que se desvivía por sus menesteres, el que impecablemente se uniformaba, ataviado de gorra de plato y guerrera de botones dorados, con connotaciones y galones al uso. Auténtico, autoritario, de complexión poco exhuberante, más bien tirando a tirillas, gastaba un bigote que normalmente se retorcía si algún chaval se salía de lo común en las procesiones y acontecimientos.

La cantidad de pregones con su trompeta desafinada que habrá emitido por las esquinas y rincones de Almadenejos. Porque ese era su principal cometido, el de informar de los bandos y novedades municipales, tras el aviso previo de corneta (De orden del Sr. Alcalde,..................

Otra de sus funciones patear traseros de las muchachadas que se desmandaban, sobre todo con las disputas por las varillas de los cohetes explosionados o por la intentona de explosionar estos elementos antes que los adultos, o también por la desalineación de la formación y desfile en las procesiones.

Un buen homenaje y recuerdo a este hombre que cumplió con su deber y él mismo se creyó lo que hacía, a veces cayendo en el pensamiento de que se encontraba en el pellejo de Gary Cooper en "Sólo ante el peligro".

Era Gregorio "El Algüacil"

Cartucho.