En mis tiempos dedicabamos buena parte de la noche a la caza de la rana y el cangrejo, provistos de nuestras liternas y tablas, en el Molino de Pilili hemos pasado alguno que otro trasnoche, yo diria que la culpa de que estas veladas nocturnas se pierdan es por los muchos coches que ya tenemos.
M.S.S.
M.S.S.