SONRISA: Me voy a unir a tus deseos, y...! ojalá, sirvieran para algo mas; que no quedara solamente en buenas palabras. Son es estos momentos las seis de la mañana, día 25, me acabo de asomar a la ventana, La ciudad de Toledo, con su resplandor, me roba el resplandor de las estrellas. La oscuridad de la noche me oculta los campos, desde seguramente se verán mas claras las estrellas, que impasibles, a su vez;"miran hacia LAS CABAÑAS DEL FRÍO.
! Si! Esas cabañas, hoy inservibles, al día de hoy Un pozo de donde los labriegos, sacaban el agua para regar sus campos.
Ho son la morada de una familia, que tuvo la mala suerte, de nacer en alguna parte: Un belén de este siglo en esta fía noche (dos grados bajo cero señala el termómetro de mi jandín) Tres niños y una madre, habitan una de esas cabañas.
La madre, pide limosna, en un mercado del Polígono... casi todos los días... Esta mañana, de mi carro repleto la hemos dejado, un pollo, unos huevos, leche, y unos golosinas... Estaba hace unas horas, yo, sentado, ante una mesa bien repleta, y pensaba, apenas he cenado. Los que estaban a mi alrededor, ajenos a mis pensamientos, reían...
Me he acostado pronto, y al instante me he quedado dormido.
Son las seis de la mañana. Duerme mucha gente. Llora en alguna parte, pienso. Hay BELENES en muchos lugares- me digo, y, retorno, a estas fechas, donde yo mismo, tuve como villancicos, un mar lejano, en un barco, frente a las costas africanas. Luego me veo en otro país, en un día como el de ayer, en un lugar de la Europa rica ya entonces, caminando sobre la nieve -! Que blanca es la nieve!-! Si alguien se hubiese acercado a mi, y me hubiese ofrecido un bocadillo...! Y regreso: Regreso en el tiempo. Regreso a mi niñez, y arañando en mi memoria, escribo para mi: escribo mis especiales villancicos... aún a sabiendas de que servirán de muy poco.
Fuera un día en los caminos...
Turbados mis amaneceres
viera perecer mis trigos
verdes; de mis campos verdes...
Silenciados villancicos.
Ausencia de mis belenes.
Por doquier, silencio o ruidos
mientras viera a los hombres
como extraviados, perdidos
sin encontrar su horizonte...
Si escuchar villancicos.
Viendo rotos sus belenes.
Y aquellosm ruidos feroces
me destrozaron los lirios.
Roncas voces en el aire
desgarraron mis olivos.
El musgo de mis belenes
viera esconderse, aterido.
Y viera huir las aves
por mis cielos amarillos.
Y viera caminar los hombres...
lívidos: sus rostros lívidos
arrancándome belenes.
Robándome villancicos.
Y viera tronchados los sauces
en las riberas del río.
Y viera el la noche,
mi cielo: mi cielo herido...
por miles luces aullantes
callando mis villancicos.
Y lloraban mis trigales:
los viejos robles y pinos.
Desgarrados olivares
en mis campos sin rocío...
! Como lloraron belenes
y tempranos villancicos!
! Como me llora esta noche.
en alguna parte un niño!
J. M. (LIBERTAD)
! Si! Esas cabañas, hoy inservibles, al día de hoy Un pozo de donde los labriegos, sacaban el agua para regar sus campos.
Ho son la morada de una familia, que tuvo la mala suerte, de nacer en alguna parte: Un belén de este siglo en esta fía noche (dos grados bajo cero señala el termómetro de mi jandín) Tres niños y una madre, habitan una de esas cabañas.
La madre, pide limosna, en un mercado del Polígono... casi todos los días... Esta mañana, de mi carro repleto la hemos dejado, un pollo, unos huevos, leche, y unos golosinas... Estaba hace unas horas, yo, sentado, ante una mesa bien repleta, y pensaba, apenas he cenado. Los que estaban a mi alrededor, ajenos a mis pensamientos, reían...
Me he acostado pronto, y al instante me he quedado dormido.
Son las seis de la mañana. Duerme mucha gente. Llora en alguna parte, pienso. Hay BELENES en muchos lugares- me digo, y, retorno, a estas fechas, donde yo mismo, tuve como villancicos, un mar lejano, en un barco, frente a las costas africanas. Luego me veo en otro país, en un día como el de ayer, en un lugar de la Europa rica ya entonces, caminando sobre la nieve -! Que blanca es la nieve!-! Si alguien se hubiese acercado a mi, y me hubiese ofrecido un bocadillo...! Y regreso: Regreso en el tiempo. Regreso a mi niñez, y arañando en mi memoria, escribo para mi: escribo mis especiales villancicos... aún a sabiendas de que servirán de muy poco.
Fuera un día en los caminos...
Turbados mis amaneceres
viera perecer mis trigos
verdes; de mis campos verdes...
Silenciados villancicos.
Ausencia de mis belenes.
Por doquier, silencio o ruidos
mientras viera a los hombres
como extraviados, perdidos
sin encontrar su horizonte...
Si escuchar villancicos.
Viendo rotos sus belenes.
Y aquellosm ruidos feroces
me destrozaron los lirios.
Roncas voces en el aire
desgarraron mis olivos.
El musgo de mis belenes
viera esconderse, aterido.
Y viera huir las aves
por mis cielos amarillos.
Y viera caminar los hombres...
lívidos: sus rostros lívidos
arrancándome belenes.
Robándome villancicos.
Y viera tronchados los sauces
en las riberas del río.
Y viera el la noche,
mi cielo: mi cielo herido...
por miles luces aullantes
callando mis villancicos.
Y lloraban mis trigales:
los viejos robles y pinos.
Desgarrados olivares
en mis campos sin rocío...
! Como lloraron belenes
y tempranos villancicos!
! Como me llora esta noche.
en alguna parte un niño!
J. M. (LIBERTAD)